Hace poco los vi en el precioso café La Infinito, en el barrio de Lavapiés (Tres peces 22).
Un lugar luminoso y agradable, con un montón de libros interesantes.
Allí charlaron, jugaron saltando por encima de las mesas (todas distintas) y las estanterías... y se despidieron contentos, con la intención de volver muy pronto.